Descubriendo las carreteras de Texas
Descubrir Texas es maravilloso. Siempre se relaciona con desierto, con muy poca naturaleza extrema, y un sol quemante. Pero al menos yo, que soy del desierto de Chihuahua, le he tomado mucho cariño a este paisaje en el cual me crié.
Ibamos de camino a Chihuahua, pero decidimos viajar a Dallas, Texas, y de ahí rentar un carro y viajar hasta la frontera, a Juárez, México. Por todo el trayecto vimos de este tipo de pozos petroleros, que no paran de moverse.
Este es un parque que es una perla en cuanto se refiere al senderismo y ofrece muchos ejemplos fósiles de la era pérmica, que empezó hace 300 millones de años y terminó hace 250. El parque ofrece lugares donde acampar, y es un lugar muy interesante para aquellos que tienen un omitólogo en sí y les gusta estudiar las aves y pájaros.
También en el suroeste de Texas están las Cavernas de Carlsbad, estas las recuerdo especialmente de cuando era niña, ya que mis padres me llevaron a verlas cuando era chica. La caverna está ya con caminos que son accesibles para todos, incluyendo carreolas, cochecitos y sillas de ruedas. Por los atardeceres se puede observar a los murciélagos salir de la cueva, por eso están construídas esas gradas, pues se llena mucho de gente que quiere ver los murciélagos.
Por último tenemos las arenas blancas, que es también un parque nacional de Estados Unidos, nada más que este ya se encuentra en Nuevo México. Las arenas blancas son únicas en el mundo, ya que son las dunas con la reserva más grande de yeso, y estas dunas están en constante movimiento. A veces cierran el parque o las carreteras cercanas ya que se hacen pruebas de misiles ahí.
Este es un roadtrip que de veras recomiendo mucho, los texanos son muy amigables. Nosotros hicimos amigos por todos lados, en un hotel nos encontramos una viejita en silla de ruedas que al parecer vivía ahí, nos contó que en su época era novia de no se quién cantante famoso, yo no le puse mucha atención porque más bien estaba de coqueta con mi marido, pero como era tan viejita pues le dí luz verde. En otro hotel nos sirvieron panquecas con la forma del mapa de Texas, ahí la señora que limpiaba los cuartos era de Oaxaca y me contó la mitad de su vida, creo que tenía a su esposo todavía en Oaxaca con los hijos, eran 6, y ella quería llevárselos a Texas. En otro lugar nos encontramos un hippie en toda la extensión de la palabra, parecía traído de los 70s, con pantalón acampanado, camisa de flores sicodélicas, banda en la cabeza, botines negros. Y se acercó a ayudarnos porque sospechabamos que traíamos la llanta ponchada lo cual era cierto, ya después nos ponchamos en carretera y la agencia que nos rentó el carro nos envió un señor muy fuerte, era como un rockero con cabello largo, anglosajón, shorts y ropa negra, levantó el carro con una mano y cambió la llanta en 1 segundo. Ya después yo estaba tan agradecida y como soy muy platicadora ya me puse a platicar con el señor pero mi marido me estaba diciendo que yo andaba de coqueta. No estaba coqueteando, nomás estaba impresionada que era muy fuerte que levantó el carro sin esfuerzo y cambió la llanta en un dos por tres... También después nos perdimos en el desierto y llegamos a una gasolinera medio abandonada pero la mujer nos prestó su teléfono para hablar a una tía mía que vivía por allí, hacía 15 años que no la veía así que decidimos pasar a visitarla, y ese era un lugar tan aislado que no tenía buena señal de móvil ni mucho menos internet. Bueno, lo cierto que Texas es maravilloso, pero eso sí, MUY caliente.
DETRAS DE CAMARAS
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