Top Chairs 3
Lo prometido es deuda, así que hoy comparto la última entrega de las que yo considero las mejores 10 sillas en la historia del diseño.
Estas sillas que se ven quizás no son bellísimas, de hecho las hemos visto tanto, que quizás ya son ordinarias. Pienso que los procesos creativos siempre empiezan con alguien que tiene una idea muy innovadora y original, después se atreve a realizarla y cuando está hecho el objeto, el público lo rechaza o lo considera demasiado diferente o provocativo, pero pasa un tiempito, las mentes empiezan a trabajar y a dar vueltas a la idea, y de repente todos lo quieren tener o usar, luego surgen las copias de todos tipos y colores de este objeto, para después empezar a ser aburrido y ordinario, lo que lo lleva al olvido. Pasa con todo: los movimientos artísticos, los géneros literarios, la música, los autos, los muebles.. en fin, es más, hasta la comida va y viene de moda.
Pero si seguimos con la metáfora de las comida que va y viene de moda, quizá escogí estas sillas porque para mí son como el pan o la sal del diseño, es algo que es básico y que siempre va a estar allí.
Tomemos por ejemplo la silla despegable o Plia, como es su nombre original. Fué diseñada en 1968 por Giancarlo Piretti y no ha dejado de producirse hasta la fecha. Y ya llevan 4 millones de ellas. Está hecha de aluminio, tubo de acero y plástico. Ha pasado a la historia y a ser un artefacto tan presente en nuestras vidas porque simplemente su ligereza, flexibilidad, precisión y el poco espaciio que ocupa son ventajas que hacen fácil nuestro uso. El mecanismo para que la silla se doblara fué una idea totalmente vanguardista en su tiempo. Plia ganó el premio del diseño en lo que fué la República Federal de Alemania en 1973.
La siguiente silla del top ten es la B 64 o Cesca, diseñada por Marce Breuer en 1928. Esta silla es una de las más conocidas del mundo, yo creo que cualquiera ha visto una de estas sillas en algún comedor al menos una vez en la vida. Desafortunadamente se han producido muchas copias baratas e imitaciones de la B 64, pero también a raíz de eso fué como se hizo más popular. La idea de retar la "regla" de que una silla iba a tener cuatro patas fué algo relativamente nuevo, pero Breuer no fué el primero en construir una silla con una base diferente. Aún así el hecho de que la silla descansara en un arco fué lo que hizo que fuera un éxito comercial. Con los años, el nombre B64 fué suavizado con Cesca, ya que la hija de Breuer se llamaba Francesca.
La última silla se llama Chair No.14, diseñada en 1859 por Michael Thonet & Sons. Esta silla es uno de los productos más exitosos de la historia. Para 1930 ya habían vendido 50 millones de ellas. Thonet inventó un procedimiento para doblar o arquear la madera a base de vapor, y esto también fué algo muy nuevo en su tiempo.
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