Tendencia: Azulejos artísticos

Los azulejos o baldosas se producen en tan diferentes tamaños, colores y materiales que el escoger un tipo para nuestro hogar puede ser extenuante. Hay baldosas para pared y otras para baño, barnizadas y mate, de colores sólidos y las que están dibujadas con incontables formas y patrones.

Algunas baldosas tienen acabado de color, mientras que  otros azulejos respetan el color original de la arcilla del que están hechos.

Por cada baldosa y el uso que le vamos a dar, existen implicaciones prácticas y estéticas. La decisión que tomemos varía si por ejemplo necesitamos cubrir una área pequeña de la cocina para que sirva como salpicadero, o si los vamos a montar en la ducha, o si os vamos a usar en áreas con tráfico fuerte como lo es el recibidor.

El éxito de una puesta de baldosas depende de buena planeación, buen trabajo y atención al detalle. Recordemos que los azulejos no se pueden quitar y poner tan fácilmente, y además son más costosos, no es como la pintura que es más flexible, que pinta una superficie y si no nos gusta, pues pintamos encima y ya.

Los azulejos aportan dinamismo y rompen la monotonía en los espacios, ya que contribuyen con la textura y el color que levantan todo el ambiente.

Y durante esta temporada, también los azulejos están de moda, siguiendo las corrientes retro. Los que más me han gustado son los que diseñó India Mahdavi, una arquitecta y diseñadora que se inspiró en el lenguaje gráfico tipo pop art para crear estas baldosas hexagonales y que producen un efecto muy dinámico en los pisos. Mahdavi diseñó estos azulejos para la firma italiana Bisazza, los cuales se hacen a mano en Túnez mediante un proceso muy laborioso de producción.

Otra firma que produce azulejos muy bonitos es Historic Tiles, que se inspira en las baldosas europeas de los años 1700, geográficamente provenientes del norte de Africa, que hicieron su entrada en España y de ahí se expandieron a las construcciones en Italia, Francia y Holanda. La inspiración y la tendencia de esas baldosas llegó a los edificios nórdicos en los años 1800s.

Fotos cortesía de Bisazza y Historiske.